jueves, 28 de enero de 2010

Injusticias


No puedo mas que llevarme la mano a la boca al leer este artículo de Amparo Mendo que he encontrado navegando por la red en el blog de Mercedes Milá (periodista española y presentadora de programas como Gran Hermano).

Es sencillamente impresionante descubrir el horror que asola algunos puntos del país mientras en otros sitios vivimos ajenos a esta tragedia, pendientes de nuestras vidas y por las que a veces nos ahogamos en un vaso de agua.

Me hace reflexionar sobre lo afortunada que soy de haber nacido donde lo he hecho, de tener la familia y los amigos que tengo y de poder disfrutar de experiencias maravillosas (algunas no tanto) de la vida, de tener la posibilidad de moverme con libertad, de expresar mis ideas y pensamientos sin que sean censurados, en definitiva, de vivir.

Ahora se ha hablado mucho del desastre en Haiti pero la verdad es que hay muchos otros desastres en el mundo a los que no hacemos caso, los que pasan de largo. Parece que sea cosa de modas. O peor aún, de publicidad.

No es fácil ni cómodo leer el artículo que a continuación os expongo pero me hace hacer una reflexión en mi interior, me invita a no olvidarme de lo malo de este mundo y dar gracias y valorar aún más todo lo que tengo que es mucho. Por suerte yo puedo decir que soy feliz.

En una ocasión leí por algún sitio que en el momento que fuese madre vería las tragedias del mundo con otros ojos y la verdad es que es cierto. El horror de la madre de la historia me rompe el corazón. No quiero ni tan siquiera imaginar ponerme en su situación. De hecho no he podido volver a leerlo.

-------------------

“No ha cumplido aún los treinta años, pero la mirada de Caddy Adzuba (República Democrática del Congo, 1981) rezuma una tristeza que estremece. Tanta como determinación.


Esta periodista llegó a España el pasado 26 de diciembre, huyendo de las amenazas de muerte que llegaban a su teléfono móvil prometiendo “cerrarle la boca con una bala en la cabeza”. De hecho, ya había esquivado alguna milagrosamente: una mañana, recibió una visita inesperada en su propia casa antes de acudir al trabajo en Radio Okaki (emisora de la ONU), donde denunciaba sin desaliento las atrocidades. Allí ha visto morir a tres de sus colegas masculinos.

Hace unos días, tuve el honor de compartir con ella una comida que organizaba el Club de las 25. Esta asociación de mujeres feministas le otorgó el pasado año un merecido premio a su lucha por la libertad de expresión y de prensa en su país. (No pudo recoger el galardón entonces y fue Amelia Valcárcel quien lo recibió en su nombre.) También le concedieron, unos meses antes, el premio internacional de Periodismo Julio Anguita Parrado.

De Caddy impresiona no sólo su trayectoria vital y profesional, sino su forma de narrar. Como en las viejas tradiciones orales, recojo su testigo e intento trasladaros su historia lo más fielmente posible.

Imaginaos la escena: una noche, después de la cena, la tranquilidad de una familia –madre, padre y cinco hijos- se ve bruscamente quebrada por la entrada en su hogar de los rebeldes. La mujer es violada una y otra vez delante de sus seres queridos e incluso fuerzan a su hijo mayor a que lo haga. Mientras, el marido intenta oponer resistencia. Y comienzan a cortarle la lengua, las orejas, la nariz… hasta que se desangra vivo allí mismo.

Se llevan a la madre y a los niños a la jungla, donde ella es utilizada como esclava sexual y les separan. Al quinto día, cuando ella pregunta por ellos, le dicen que la carne que ha estado comiendo durante esas jornadas pertenece a sus hijos. Y, para demostrárselo, le enseñan las cinco cabezas.
La mujer suplica entonces por su muerte porque, como católica, no puede quitarse la vida. La respuesta de los bárbaros es que no tiene derecho a morir y que debe vivir con esa pena.

Cuando una de las asociaciones en las que Caddy participa la encuentra vagando por la carretera, se la llevan aferrada a una bolsa de plástico: allí están los restos de sus hijos y no permite que nadie la separe de ellos ni los entierre.

Caddy estuvo con ella en el hospital el 20 de diciembre.

Esta es sólo una historia entre las de 300.000 mujeres agredidas sexualmente y utilizadas como estrategia de guerra en el Congo. 300.000 vidas rotas con edades comprendidas entre los tres meses (sí, un bebé) y los 85 años. Y 40.000 niños-soldado reclutados por los grupos rebeldes. Y 350.000 huérfanos vagando por las carreteras.

Mientras, los países ricos compramos su coltán y su casiterita (minerales que se utilizan en la fabricación de teléfonos móviles, videojuegos y componentes electrónicos), extraídos de las minas del este que controlan los guerrilleros de mil facciones. Los mismos que violan a las mujeres con sus penes, sus cuchillos, sus cigarrillos encendidos o guijarros y les seccionan desde la vagina hasta el año. Algunos de esos animales tienen hoy, incluso, puestos en el gobierno.

Caddy está en España para pedirnos que, entre todos y aprovechando la presidencia española, reclamemos al Parlamento Europeo el cumplimiento de la Resolución 1325 de Naciones Unidas: se celebra este año su décimo aniversario y establece la protección de mujeres y niños en zonas de conflicto. Tan sólo 23 países en el mundo tienen un plan nacional para aplicar esa resolución.

Sin duda, ella es también una “actora de paz”, figura para que la Cuarta Conferencia de la Mujer (Pekín, 1995) pidió apoyo expreso.

Cady Adzuba estará en nuestro país hasta el 20 de abril -gracias a la fundación Euroárabe y a la Diputación de Granada-, explicando en seminarios y conferencias este horror silenciado que dura ya demasiado. Los periodistas estamos muy ocupados explicando en primera persona y en primer plano la catástrofe de Haití, de cuyo desastre también nos habíamos olvidado hasta el terremoto del pasado 12 de enero.”

miércoles, 27 de enero de 2010

Por fin!!!!

Creí que nunca llegaría pero ya está aquí. Que ganas tenía de recibirlo, de que viniese a mi, de disfrutarlo... Me parece mentira, casi un sueño, una ilusión. Y es que el día de mi baja empezará este lunes, el día de mi nueva vida dará comienzo el 1 de Febrero.

Ahora que lo veo tan de cerca la verdad que me da un poco de vertigo y es que como os he comentado por aquí, mi intención es la de no volver a trabajar por lo menos hasta dentro de unos años que mi nuevo churrumbel empiece el cole (si no decidimos tener otro peque) y cogerme un trabajillo de media jornada que pueda compatibilizar con la maternidad.

Pero ya llegó, no hay marcha atrás porque la decisión está tomada.

Voy a ser madre y esposa a tiempo completo.

martes, 26 de enero de 2010

El nacimiento de Aldara

Otro relato de un bonito parto que han compartido desde el foro de la asociación El Parto es Nuestro (EPEN) . Gracias por compartirlo Kris.

La imagen pertenece a Richard Wilkinson. Otro bonito descubrimiento.

-----------------------



Desde hacía mucho tiempo había tenido muy presente la posibilidad de parir en casa cuando llegase el momento. Por eso, hacia el tercer mes de mi embarazo contacté con Anabel García, comadrona con la que varias amigas y conocidas habían parido. La llamé, quedé con ella un día para conocernos y hablar y me causó muy buena sensación desde el principio, es de esas personas que dan confianza y seguridad. Me explicó cómo iba todo el tema de parir en casa, atendió todas mis dudas... A lo largo del embarazo nos vimos unas cuatro o cinco veces más; en la semana 37 ella hizo una visita a nuestra casa junto con Paca, la doula, y puede decirse que desde ese momento "estaban de guardia". Yo me puse de parto en la semana 40, un día antes de salir de cuentas.

Ocurrió el 4 de noviembre de 2009. Ese día me levanté a las 7 de la mañana con contracciones no muy fuertes, por lo que tampoco quise hacerme a la idea de que ya estaba de parto (podían haber sido pródromos y estar así días), así que esa mañana hice vida normal, fui al banco a zanjar unos asuntillos (no sé por qué algo en mi interior me decía que más tarde lo tendría más difícil, je je…), etc. Estaban conmigo mi compañero, Eloy, y mi querida amiga Marian con su hijo Arán, de casi dos años, que habían venido desde Girona para acompañarnos en el parto, pues ella también había parido en casa. Mientras pasaba el día, las contracciones seguían. Comimos y Eloy se fue a trabajar. Hacia las 5:30 o 6 de la tarde ya notaba que eran bastante intensas y seguidas, pero yo seguía haciéndome la remolona, las pasaba de rodillas en el sofá y seguía con lo mío... hasta que a las 7 y pico por fin me decidí a llamar a Anabel (ella me dijo al día siguiente que por mi voz ya supo que estaba de parto, en pleno auge). Cómo sería la cosa que cuando ella y Paca llegaron, sobre las 9 menos cuarto, me hizo un tacto y yo ya estaba ¡de 8 cm! Rápidamente prepararon todo, con ayuda de Eloy y de Marian. Por aquel entonces yo ya no me enteraba mucho de lo que sucedía a mi alrededor, estaba bastante "metida" en el tema... Pero recuerdo que Paca y Eloy me ponían calor en los riñones y en la barriga (con una bolsa de agua caliente y un saco de semillas de esos que se calientan en el microondas), ellas me recomendaban diferentes posturas para pasar las contracciones... En un momento dado me sugirieron meterme en la bañera con agua calentita, lo cual acepté de buen grado, y me vino fenomenal, hay que ver cómo aliviaba...

La cosa iba en aumento hasta que me entraron las famosas ganas de defecar, vacié la bañera (era la de mi casa, no una bañera de partos) y estuve allí un ratito... ¡Ya llegaban las ganas de empujar! Al poco, me salí de la bañera, y estuve un ratito empujando a cuatro patas dentro del cuarto de baño, la cabecita de mi niña ya estaba ahí, pero se resistía a salir, y el calor era sofocante. Así que Anabel sugirió ir al salón, y resultó ser otra buena idea. Allí que me planté, a cuatro patas en el sofá, agarrada de Eloy (al cual dejé unos buenos moratones en los costados, sin darme cuenta, al apretar), y en unos pocos pujos nació por fin Aldara (a las 23:40); mientras, creo recordar que Anabel me sujetaba con la mano el periné para evitar que me desgarrase... Todo fenomenal, ni un desgarro, ni un punto, sólo una pequeña laceración que curó enseguida, y la nena estupenda. Hasta ese momento no habíamos sabido –por voluntad propia- el sexo de la bebé, así que fue una gran sorpresa saber que era niña, ya que casi todo el mundo creía ver lo contrario en mi cara y en la forma de mi barriga…

Rápidamente me tumbé y me la pusieron encima (fue curioso, porque hasta pasados unos minutos no surgió la duda de si era niña o niño, y como al poco de estar en mi regazo expulsó el meconio, ¡hubo que limpiarla para poder adivinar su sexo! Bueno, no sólo a ella, a su madre también, je je…), y allí fue reptando en busca del pezón, que pronto agarró y con muchas ganas (tantas que antes de encontrarlo me hizo un buen "chupetón" en la teta). Al ratito, cuando el cordón ya había dejado de latir, llegó el momento de cortarlo, le dejaron a Eloy los honores. Pero no había terminado, ¡aún quedaba la placenta! Anabel me dijo que empujase (yo ya no tenía ganas, pero hice el esfuerzo), y con su ayuda salió, perfecta y no muy grande. Comí un trocito y el resto lo utilizamos para hacer homeopatía para Aldara y otros menesteres. Aunque a mucha gente le da repelús lo de comer un trozo de placenta, Anabel siempre lo recomienda porque ayuda a que el útero se contraiga en un pispás y se reducen muchísimo las hemorragias de posparto. Luego me fui caminando (con ayuda, claro) hasta nuestra habitación y me tumbé en la cama con la pequeña duendecilla que acababa de salir de mis entrañas, mientras Anabel, Paca, Eloy y Marian recogían la casa. He de decir que a la mañana siguiente, cuando me levanté, ¡parecía que nada hubiese sucedido allí! Salvo por la presencia de Aldara, claro... Después del parto, Anabel y Paca hicieron cinco visitas más, en las cuales veían a la niña y también a mí, nos daban consejos sobre la lactancia, los cuidados del bebé, ejercicios para recuperar el tono del periné y el suelo pélvico, le hacían las pruebas pertinentes a Aldara... la última visita fue a los diez días del parto.

Por cierto, el pequeño Arán estuvo presente cuando nació Aldara, y hay que ver con qué naturalidad se lo tomó todo… estaba emocionado con esa bebé “más pequeña que él”, y aún hoy lo sigue estando, ¡la quiere muchísimo, como si fuera una especie de hermana pequeña!

Mi experiencia ha sido muy muy positiva, estoy encantadísima de cómo ha ido (y sigue yendo) todo, y creo que todas las personas que me acompañaron han contribuido mucho a ello. Es cuando ves la importancia de la atención al parto y posparto, y cómo puede cambiar la cosa desde que te atiendan de una manera a que lo hagan de otra, por eso animo a todas las mujeres que se plantean parir en casa a que lo hagan, siempre estando abiertas a lo que pueda suceder y confiando en una misma y en nuestro cuerpo, que es muy sabio. La actitud personal también es muy importante, hay que vencer los miedos y entregarse, olvidarse de lo aprendido. Es mucho más fácil de lo que parece. La vida se abre camino…

lunes, 25 de enero de 2010

Parto en casa

Puff!! Los pelos de punta al ver este VIDEO.

Resulta que una mamá que decide tener a su hijo en casa está esperando que llegue la matrona y en un momento que baja su marido a buscarla a la calle nace el pequeño.

Hay que ver la cara de alucine que se le queda a la mamá.

Lo sorprendente es que no parece tan doloroso como pensamos que es un parto. Espero que el mio sea igual, pero con la diferencia de que esté mi matrona y mi marido jejeje.

viernes, 22 de enero de 2010

Para reirse un poco...


Un día, al caer la tarde, un hombre vuelve del trabajo. Sus hijos, todavía en pijama, juegan alegremente en el barro del jardín. Sobre el césped, alrededor de toda la casa, hay cartones vacíos de comida congelada y cajas de zumo. Entra en la casa y ahí la cosa está peor todavía. Los platos sucios están esparcidos por toda la cocina, la comida del perro está tirada por el suelo, hay un cristal roto y vidrios por todas partes.

Ya en el salón, ve juguetes, prendas de vestir, una mancha en la alfombra y una lámpara caída. Al hombre le da mucho miedo que a su mujer le haya pasado cualquier desgracia. Sube a toda prisa al segundo piso y allí, estupefacto, la encuentra todavía en pijama sentada en la cama leyendo tranquilamente. Ella lo mira sonriendo y le pregunta:

— ¿Cómo te ha ido el día?

—¡que..! ¿Qué ha pasado hoy aquí?

Ella sigue sonriendo...

— cada día, al volver a casa, tú me preguntas qué es lo que he estado haciendo durante todo el día, y cuando te respondo que me he ocupado de la casa y de los niños, me contestas: « eso es todo?» ¡Pues bien, hoy no he hecho nada en absoluto!

Del otro lado

Pongo un vídeo que encontré ayer en youTube y me ha encantado.



A vosotros que os parece

lunes, 18 de enero de 2010

La consciencia desde el principio


Me he permitido poner exactamente el mismo título que pone María en su blog y que me ha transmitido tranquilidad, sinceridad, amor, fuerza, energia, belleza, naturaleza.... Lo copio tal cual lo expresa ella. Me ha encantado su forma de expresarlo y espero que mi parto en casa sea tan orgasmico como lo ha sido el suyo.

---------------------

"Cuando parí mi niño estaba eufórica. Salí caminando del paritorio, tenía ganas de decirle a todos: he parido, he parido, he parido! un subidón enorme.

El parto fue un trabajo inmenso, un trabajo en equipo. Hice la dilatación caminando por el pasillo del hospital, entre la sala de espera de maternidad y la de pruebas urológicas. Recuerdo que había un montón de viejos pendientes de su próstata, me miraban de tanto en tanto. Pensé que lo suyo era vejez, y lo mío juventud, la vida comenzaba en aquel momento.

Cuando me apretaba el dolor, a la altura de los riñones, me agarraba a la pared, trataba de agacharme, respiraba profundamente y contaba: 1,2,3,4,5.... mi compañero presionaba con sus manos mi espalda, en un masaje liberador, y yo visualizaba las olas del mar, ahora llegan a la orilla, olas de dolor, a cada contracción más cerca estaba de ver a mi hijo, por fín. Cada ola traía un estado de concentración único, me metía cada vez más en mí misma, y en conectarme con mi niño: le decía, venga, desciende, venga, rota, venga, deslízate suavemente, te llega mi amor, te llega mi oxígeno, estamos trabajando muy bien, todo está bien, estamos juntos los tres.

Fueron unos momentos de marea viva, de pronto todo cesaba, bebía agua, descansaba, miraba a los ojos de mi chico y veía que estaba allí, muy cerca, muy conectado. Y de nuevo las olas.

Cuando sentí las ganas de empujar éstas vinieron de improviso, la sensación era de una presión enorme en la zona baja del vientre, y dije: que viene, que está aquí. Si me hubiese quedado en el pasillo posiblemente me hubiese puesto de cuclillas o de rodillas, y en dos empujones hubiese nacido Pelayo. Pero alguien dijo: vamos dentro, y entonces, mi cerebro consciente hizo lo que la madre naturaleza proyecta, entró en miedo, y paró el proceso.

Dentro se pusieron nerviosas las comadronas, no empujes, y cómo se hace? piénsalo, controla, y claro, ahora sé que si piensas no dejas al cuerpo seguir su instinto. Hasta que dije, lo tengo aquí mismo y ahora, entonces ellas entendieron que conmigo no había nada que hacer, que mi instinto era más fuerte que mi razón, que el parto venía rápido. Las contracciones fueron más y más seguidas, las olas agitaban el océano, me mecían, me llevaban, dejé salir el grito, me decían no grites y me daba igual, era un canto de sirena, era una llamada desde lo más profundo: ven, ven, te espero.

Lo que llaman expulsivo fué rapidillo, el niño era pequeño, tenía prisa. Ya no había dolor de ningún tipo, era otra cosa, un éxtasis, como un orgasmo. De verdad, una sensación única de placer. Y de pronto tengo encima un niño: caliente caliente, húmedo, me mira, me quedo enganchada en esa mirada: soy tu mamá le dije, y me miró, él ya lo sabía. Me sentí orgullosa de mi niño, de mí misma, de mi compañero. Me sentí en paz, una paz eterna.

Me despedí de mi placenta, ese órgano creado expresamente para cuidar a mi niño durante tanto tiempo, esa masa viscosa, caliente, palpitante. Si hubiese sido yanomami la hubiese enterrado bajo mi hamaca, si hubiese sido nipona me la hubiese comido. Pero como estábamos en un hospital debieron de tirarla después de que les pidiese tocarla. Adiós, dije, gracias.

Y por qué cuento esto ahora? por qué después de tantos meses? Porque aún hay quien dice que el parto es un riesgo innecesario, que es doloroso, que es un asco, que debiera ser evitable. Porque es peligroso pensar así. Es cierto que gracias a las cesareas se salvan la vida de la madre y del hijo en un montón de casos, menos mal que existe. Y a la vez, las mujeres hemos de reivindicar nuestros partos, somos poderosas diosas que damos vida, somos una fuerza de la naturaleza encarnada en nuestro vientre, estamos preparadas para parir, como para comer, dormir, defecar, es algo tan natural como fisiológico. Y a la vez es una experiencia única, la posibilidad de ser consciente desde el principio de la vida, de poder dar la oportunidad de salir por sí mismo a un hijo. Sí, el bebé tiene que rotar, tiene que descender, tiene que empujar, tiene que gritar, tiene que currárserlo. Y todo adquiere un sentido. La vida tiene sentido, no despojemos del mismo al parto. Seamos valientes, escuchemos nuestros cuerpos, nuestro sentido común, nuestras ganas de locura. Seamos locas, porque la razón tapa la herida y hemos de dejar salir el dolor para ganar el cielo."

viernes, 15 de enero de 2010

Opiniones, blogs y demás



Hoy me ha encantado ver como en el blog de Mama Reciente "Me Crecen Los Enanos" ha decidido publicar un escrito mio sobre el rechazo a papa. Me gusta saber que hay a quien le gusta leerme y a su vez me gusta leer las opiniones de la gente al respecto, he de reconocer que he pasado la mañana entretenida leyendo y participando en los comentarios que han sido del todo variaditos.

Muchas gracias Mama Reciente por hacerme participe de tu blog.

Por un parto respetado

Hoy me ha encantado leer este articulo en el periodico de 20 Minutos de Madrid, en opiniones de los lectores. Pondria el enlace pero no lo he encontrado por la red, sólo en el periodico. Os lo copio tal cual para que lo leais.

-------------------

"Estoy embarazada de 30 semanas de mi segunda hija y me entristece pensar que la única solución que he conseguido para asegurarme un parto respetado es el de parir en mi propia casa pagandome yo misma los costes de una matrona ya que la S.S. no se hace responsable de dicho pago.

Quiero evitar a toda costa los procedimientos que se siguen por rutina en la mayoría de los hospitales: oxitocina, rasurado, enema, monitorización interna, episotomía, corte temprano del cordón, no apoyo a la lactancia... que por desgracia depende mucho del personal medico que te toque. Por eso no quiero jugar a la lotería con mi futuro parto.

Podriamos parecernos a paises como Holanda o Inglaterra donde tener un parto en casa es algo normal que cubre el estado. Donde hay casas de partos en las que te atienden matronas. Donde dar a luz no es un tormento hospitalario.


La mujer es capaz de parir porque nacemos preparadas para ello. Que no nos vendan la moto ni nos traten como enfermas porque no lo estamos.


Desde aqui quiero reivindicar el derecho de la mujer por un parto respetado."

-----------------------

Un pasito más para hacernos oir a las que buscamos un parto respetado y sin intervenciones.

martes, 12 de enero de 2010

Tertulia de sobremesa

Como no podía ser de otra manera ha vuelto a salir el tema de mis "raras ideas"

- Tu le diste mucho tiempo el pecho a tu hija ¿no?
YO - Dos años
(risas y asombro)
- ¿Pero se le puede dar el pecho tanto tiempo?
- ¿Con esa edad ya muerde?
- Imagina a la niña enganchada a un pecho y el padre a otro
(risas)
- Yo he visto-oido-leido que apartir de los seis meses la leche ya no les alimenta.
YO - Pues a mi me ha dado pena quitarle la tetita y sí que alimenta.

Total que ante tal retaila de incongruencias he decidido poner en google "lactancia materna" y les he mandado la primera página que he encontrado al respecto: Asociación Española de Pediatria. Curiosamente no he recibido ninguna respuesta con lo que no sé si seguiran con sus ideas o no. Seguramente si.

He de decir que ninguna de esas personas es madre lo que me ha recordado el prólogo de un libro que me lei que decía algo así como: " Yo lo sabia todo de los niños, era una madre estupenda, como darles de comer, qué hacer para que durmieran... luego tuve a los mios." Me encanta esta frase, porque he de reconocer que yo tenia una perspectiva diferente de la maternidad hanta que fui madre, digamos que di un giro de 180º (por suerte para mi hija).

La verdad que no me gusta que me cuestionen, tengo las ideas claras, sé lo que quiero y por suerte me he informado mucho sobre el tema. La verdad que no me pienso callar al respecto aunque a la gente le suene extraño. Quizás con muchas voces como la mia consigamos cambiar algunas cosas como el odioso "Metodo Estibill".

Por cierto otra de mis "raras ideas" es que voy a tener a mi princesa en casa. Que tambien ha dado que hablar en circulos mas amplios: familia, amigos, conocidos... Lo gracioso es que practicamente todo el mundo opina (se creen con derecho) y me dicen que estoy loca. Pero de esto ya hablaré otro día.

lunes, 11 de enero de 2010

Año nuevo y llega con cambios!!


Ya me va quedando menos para tener a mi segunda hija lo que va a suponer un gran cambio en mi vida entre otros motivos porque he decidido dejar de trabajar para poder dedicarme por completo a mi familia, a que todo funcione de la manera que queremos que funcione y no como nos hacen creer que debería funcionar. He decidido disfrutar de la maternidad, del hogar, de la familia... dentro de unos años estos momentos habran pasado y los recordaré con añoranza.

Me considero afortunada entre otras cosas por poder tomar, junto con mi pareja, esta decisión ya que aunque vivamos más apretaditos (economicamente hablando) no nos podemos quejar, afortunada de tener la familia que tengo (aunque ya no estemos todos), afortunada del tiempo vivido y de las experiencias adquiridas, afortunada de tener la vida que tengo.

Quiero que en un futuro, cuando haga valance de mi vida se me dibuje una sonrisa en la cara al recordar los momentos vividos. Quiero ser una mujer fuerte, que de confianza, seguridad, serenidad, estabilidad a mi entorno. Quiero disponer de tiempo para disfrutar de todas las personas a las que quiero, para aprender, para renovarme, para disfrutar.

He pasado por momentos de duda ¿será lo correcto abandonar el mundo laboral? ¿me ahogaré entre pañales y lavadoras? ahora sé que no. Espero con ansia el momento de decir adios en el trabajo y hola a mi nueva vida, hola a mi nueva hija.

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails